Me encontraba yo agradeciendo las felicitaciones por mi cumple en el Facebook, cuando recordé que tengo un blog, porque sí, a veces se me olvida que también ando por estos mundos bloggeros.
Y ya puestos, aprovecho la ocasión y os dejo como regalo un relato que escribí el año pasado para el curso de escritura. Se trababa de crear una historia paranormal de no más de 4 páginas. Ya sabéis lo que eso implica, y por supuesto, a mi me cuesta casi la vida no sobrepasar esos límites, jajaja
En fin, que espero que os guste y lo disfrutéis.
Salvaje
El frío me despierta y siento un dolor atroz en el lateral derecho de mi cabeza. No recuerdo haberme golpeado, pero ha debido ser con algo grande. Intento abrir los ojos, pero se niegan a colaborar, parece como si mis parpados hubieran sido pegados. «¿Qué clase de sádico es capaz de hacer algo así?». La aterradora idea se cuela en mi mente y empiezo a hiperventilar. Lo intento de nuevo y, tras un esfuerzo titánico, consigo parpadear un par de veces. Suspiro aliviada, aún conservo intactos mis ojos, y mi increíble olfato, que es de lo más inoportuno. El olor a tierra mojada me satura las fosas nasales, acompañado de algo más que procuro no indagar.