Capítulo 2
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Se levantó con cuidado de no despertar a Pixie, que dormía acurrucado plácidamente a sus pies. La temperatura en la habitación era agradable, la calefacción estaba funcionando a tope, y no pudo evitar fruncir el ceño al reparar en el irremediable momento de salir a la calle. Pensó en permanecer un rato más arrebujada entre el calor de las mantas, disfrutando de esa placentera sensación de paz suscitada por la calidez que la cubría y tan largo tiempo olvidada. Quizás debió salir antes de la asfixiante atmosfera de recuerdos que envolvían las cuatro paredes de su apartamento, romper con todo y no dejar pasar esos tres largos y caóticos meses…
En fin, ya no había vuelta atrás.
Dirigió sus pasos hacia el baño y abrió el grifo del agua, se miró al espejo mientras esperaba a que saliera la caliente, que pronto inundó de vapor el pequeño habitáculo. Bueno, no estaba tan mal, al menos no eran demasiado evidentes los estragos de un mal descanso continuado. El cristal se cubrió por el vaho y evitó la tentación de dibujar corazoncitos atravesados con estacas con su nombre debajo. Suspiró, había visto demasiado cine de terror a lo largo de los años.
Diez minutos más tarde salía revitalizada de la ducha, con ganas renovadas de enfrentar el día. Se incorporaba a su nuevo puesto de trabajo y aunque le provocaba cierta impresión de desconocida inseguridad ante lo que pudiera encontrarse, no era de las que se dejaba amilanar por algo tan trivial como eso. No ahora, después de todo lo que había pasado. Lo único positivo de ello fue salir reforzada de toda esa mierda de alcohol y drogas por la que se había dejado arrastrar.
Sacó un jersey de lana de la mochila que había llevado consigo y se vistió con rapidez, enfundándose en el vaquero de la noche anterior. Las botas, la cazadora, sus pistolas… y ya estaba lista.
Miró hacia la cama, Pixie —que aun descansaba sobre la manta— levantó levemente la cabeza cuando la vio aproximarse a la puerta y coger las llaves del coche. No le quedaba otra que dejarlo en la habitación, no podía cargar con el gato de un lado a otro durante todo el día, hecho que manifestaba la urgencia de que su futura casera acabara con la limpieza de su nuevo apartamento lo antes posible. Comprobó que la caja de viaje del felino tuviera comida y agua para el resto de la jornada, y sin entretenerse más, salió y colgó el cartel de «no molestar».
Cuando bajó a recepción no quedaba rastro del joven moreno que la atendió, en cambio, había una preciosa rubia sonriéndole educadamente a un cliente mientras éste la increpaba sobre unos desperfectos en su habitación. Esperó pacientemente a que acabara la conversación, cambiando el peso de un pie al otro mientras giraba las llaves entre sus dedos. La chica tomó nota y cuando el cliente se marchó, se dirigió a ella con la misma sonrisa perfecta. Intercambiaron unas frases breves mientras en su mente implantaba la idea de que nadie accediera a la habitación —mucho menos la señora de la limpieza— y a la vez rezaba para que funcionara; todavía no dominaba del todo ese rollo mental vampiro. Si descubrían a Pixie, seguro la harían pagar alguna multa mientras su gato acababa en la unidad de control de animales. Ese pequeño cabroncete sin duda se lo merecía, pensó con regocijo, quizás hasta fuera buena idea que lo encontraran, pero inmediatamente desechó la imagen con una punzada de culpabilidad. Pixie había sido su única compañía durante esos meses en los que no había querido ver a nadie, quejándose como un maldito condenado, sí, pero se merecía al menos que cuidara de él.
Abandonó el hotel y buscó su coche a lo largo de la calle, de paso encontró una máquina expendedora, buscó unas monedas en el bolsillo de su chaqueta y compró el periódico del día. Ojeó los titulares mientras terminaba de recorrer la acera: en primera plana, un tal T. Boxwell. Al parecer, habían comenzado con los preparativos de la fiesta anual de beneficencia que organizada.
Que interesante.
Entró en su Ford y lo dejó distraída sobre el asiento del copiloto. Metió las coordenadas en el GPS y se puso en marcha. Conducir por la Interestatal siguiendo las indicaciones era fácil, pero completamente distinto a lanzarse a la aventura en una ciudad que no conocía, con ese tráfico infernal desde primera hora de la mañana. De hecho, ya era bastante denso, le llevaría un buen rato llegar a su destino. Encendió la radio y sintonizó una de las múltiples emisoras de la ciudad, le iría bien escuchar las noticias locales y hacerse una idea de lo que podía encontrarse en una ciudad tan grande y llena de vida como esa.
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ick despidió a la joven en la puerta de su apartamento, con la firme promesa de que la llamaría para quedar otra vez. Le pidió un taxi con la excusa de que llegaba tarde a trabajar y la besó con intensidad antes de dejarla marchar. Se quedó apoyado en el marco de la puerta, cruzado de brazos y en bóxer, mientras observaba el vaivén de sus caderas. Desde luego, se merecía otra cita sólo por ese meneo, pensó. De hecho, había pasado las mejores últimas horas antes del fin de sus vacaciones.
Su vecina, la señora Ross —una viuda ultraconservadora entrada en años y con un pequeño Fox Terrier blanco como única compañía—, salió a sacar a su insoportable mascota e hizo un mohín mientras miraba con desaprobación sus calzoncillos negros, una mueca perfectamente acompañada por los ladridos irritantes de su perro. La saludó con una educada inclinación de cabeza y cerró la puerta con una amplia sonrisa en los labios, después se dirigió al baño. De camino al comprobó la hora del reloj sobre la mesita de noche y verificó que ya llegaba tarde.
¡Joder, y aún tenía que dejar su Alfa Romeo en el garaje de su padre y cambiarlo por el Volkswagen! Suspiró, los inconvenientes de tener una única plaza de garaje. Gracias a Dios, su jefe ya le conocía de sobra.
Cinco minutos más tarde salía de la ducha con la toalla liada en las caderas. Fue hasta el armario y sacó lo primero que pilló, ni que tuviera que impresionar a su nuevo compañero.
Se detuvo a pensar en cómo sería mientras se vestía.
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12 Apasionad@s:
Weno, se me ha resistido, jajaja, pero aquí lo tenéis, que lo disfrutéis.
Besotes y gracias por leer :)
Uy esta muy bien la historia se ve interesante.
Genial el capítulo guapa.
Siguele pronto!!!!!!!!!!!!!!!
Yo quiero ser la vecina de Nick y encontrarmelo todas las mañanas en boxer. O mejor aun encontrarmelo sin ellossssssssssssssss :p Yo protejo tu culooooooooooooooooooooo
Y aidan no te metas con Eddie!!!!!!!
Tiene muy buena pinta, creo que me va a gustar bastante...
Estaré esperando por más jejeje
Bss!!
Ha sido genial, Val. Me encanta Nick ^^ Me alegra que estés escribiendo, espero poderlo leer pronto!!
Besos
Me encanto¡¡ ajajjajaja =)) lo de las peliculas de terror ajajajajajja me muero yo he pensado en eso una vez al ver el espejo empañado jajajjajajaajja
el gato¡¡=))
lo de todo normal? incluso los colmillos aajajjajajajajajjajaj
Lindo, lindo eso de encontrarse con alguien que le gustaba jojoojo interesante ;;)
Me encanto lo de erick con la vecina jajajajj
ya me la imagine matandolo con la mirada jaajjajaaja
Muchas gracias por leerlo, wapas, y me alegro mucho mas de que os haya gustado, jiji
No sé por qué, me quedé atascada al comienzo de este capi, creo que el error estuvo en la forma de empezarlo, pero lo cambié y surgió todo solo, jiji
Besotesssssssssssss
siiiiii¡¡¡¡¡¡¡¡¡ es una verdadera suerte para nosotros, tus lectores...¡¡¡
:X
Val, quiero más! ESCRIBE, ESCRIBE, ESCRIBEEEEEEEEEEEEEEEEE! o te demandaré!
¿Ya dije que me fascina como escribes? No me canso de decirlo: me fascina!!!
Excelente capítulo!
Gracias, Kramer, wapooooo, siempre me alegran tus comentarios, jijiji, pero no le quites el sitio a Karriiiii, ahora que está tranquilita, jajaja
Besotes, wap@sssss
Vaya....entonces, ¿no hay continuación de esta novela?. Se estaba poniendo interesante. Me gusta mucho el argumento. Animo, y no te rindas aún.
Wenas, Anónimo, me alegra que te haya gustado, este no es el ultimo capitulo ni mucho menos, he tenido paradas todas mis historias por diversos problemas personales, pero ahora, que intento volver de nuevo, ésta es la que estoy barajando continuar, jaja
Gracias por tu comentario. ;)