Aunque no haya contestado, sí he leído vuestros comentarios, y para no haceros esperar, voy a subir esta entradilla rápida.
En cuanto pueda –cuando acabe una antología navideña y la haya entregado- prometo ponerme al día, comentar en vuestros blog y en el mío, que también lo tengo pelin desatendido.
Muchas gracias, wapas, no me lío más, jejeje
Se levantó y fue hasta el mueble que contenía las bebidas. Se sirvió un whisky con tres cubitos de hielo. La medida justa con la cantidad adecuada y obtenías algo exquisito. Volvió a su asiento y centró de nuevo su atención en el monitor.
—Estoy deseando tener nuestro encuentro, mi señora… —sonrió con sarcasmo, pasándose con regocijo la lengua por el labio inferior—, y te prometo que lo voy a disfrutar mucho. De cada minuto que pases bajo mi cuerpo, de cada grito que consiga arrancar de esa boca mientras me deleito con tu dolor, de cada una de tus súplicas mientras acabo lentamente con tu vida… —Su tono de voz se fue haciendo más ácido a cada palabra—. Pero sería de necios no saborearte antes… —Hizo una pausa y le dio un trago largo a su bebida—. Dejé escapar a la zorra de tu madre, no cometeré el mismo error contigo —finalizó, con la voz velada por ira y dando un golpe seco con el vaso sobre el escritorio.
Pasó a otra imagen de cuerpo entero de la misma hembra. Era alta, morena, cabello largo, ojos azules, tez bronceada característica de su raza, vestía de cuero negro como de costumbre, e iba armada hasta los dientes. Junto a la foto rezaba «Valnelia» en letras grandes y una descripción sobre ella, sus habilidades y poderes. La instantánea estaba tomada desde arriba, a cierta distancia, y en ella se la veía en una pose de ataque, con las dagas aferradas en las manos.
—Pronto, alteza… Muy pronto pasarás por mi cama, y puedo asegurarte que no lo vas a disfrutar… Me encargaré de ello con sumo placer. —Soltó una risotada mientras se reclinaba sobre el respaldo del asiento. En su mente, ya disfrutaba la escena, la había recreado una y otra vez en innumerables ocasiones.
Se levantó y fue de nuevo hasta el mueble bar. Se sirvió otro whisky y se acercó a la ventana que dominaba la habitación, observando distraído a través del cristal. La ciudad seguía su curso bajo sus pies. Incansables hormiguitas de un lado a otro… Ella estaba allí, en algún lugar… Y él sabía cómo encontrarla.
Le dio otro largo trago a la bebida, saboreando el delicioso licor, sintiendo la suave calidez descendiendo por su garganta. ¿Conseguiría calentar su frío corazón? No, imposible, él carecía de esas debilidades, y se sentía muy orgulloso de ello. Se rió del absurdo pensamiento, demasiado humano, pero esas mismas debilidades de las que él carecía, le iban a beneficiar en sus planes. Afortunadamente, no todos eran como él, y ella en especial…
Regresó al asiento y se recreó durante unos instantes con la imagen de la hembra a la que había llamado «alteza», delineando visualmente cada una de sus redondeadas formas, después cliqueó sobre el ratón pasando a la siguiente imagen. Otra hembra. Ésta era rubia, alta, ojos azules, también vestida de negro e igualmente armada. Junto a la foto había escrito «Lyssele», y como antes, una descripción de ella, sus habilidades y poderes. También estaba tomada desde lejos y desde arriba.
—La loba… Ummm… Ardo en deseos de hincarte el diente…
Sonrió con satisfacción. Poco a poco había conseguido crearse un abultado archivo con cada una de esas hembras. Las horas y horas siguiendo su rastro durante años habían dado sus generosos frutos. Los días sin ningún encargo especial los había ocupado en vigilarlas. Sin duda, una ardua labor gratamente recompensada. Siempre escondido, siempre al acecho… Y todas ellas estaban en su preciada y valiosa lista.
Miró el reloj sobre el escritorio y sonrió, bajó la pantalla del portátil y se puso en pie. De sobre la cama del apartamento alquilado, cogió un par de dagas y una pistola. Estúpidas armas, no se podía confiar en ellas, a veces fallaban. En cambio… sus poderes jamás le habían traicionado. Las guardó bajo la gabardina negra que usaba para trabajar y se dirigió a la puerta silbando una conocida melodía.
Y mañana más…
5 Apasionad@s:
Mañana intentaré subir la parte IV, jejej
Besosssssssss
Genial guapi!!!!
Gracias, wapaaaaa
Gggrr... ¿Quién cojones es ese tío? Me cae muy mal.
Val, Lyss!!! Yo sé que saben cuidarse muy bien solitas, pero si quieren ayuda de un nefi, no duden en llamarme ;)
Genial, Val! Como siempre. Sigo leyendo.
A mi también, Kramer, créeme, jajaja, me va a repatear el estomago cada encuentro con él, jajaja
Y no dudes que a ti te llamaré para otra cosita, no creas que se me ha olvidado, jijii
Besotes, wapoooooooooo