Archivos Secretos de la Mansión… Primer encuentro · II

    Weno, ayer no me dio tiempo de subir la parte que prometí, estuve fuera casi todo el día, y hoy casi que también, pero al fin puedo cumplir, jajaja
     Espero que os guste, mañana subiré la tercera parte.

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El día había pasado rápido, algunas seguían ceñudas durante la comida, el entrenamiento, y la cena, pero era pura pose para manifestar su malestar por un simple pinchazo. Esa tarde había entrenado con Vik, la hembra se había pegado a sus talones tal y como hacía cuando era pequeña, siguiendo todos sus pasos. Estaba eufórica porque le había permitido patrullar, aunque tenía que agradecérselo a Lyss, que había intermediado a favor de la joven. Esa tarde había tenido uno de sus entrenamientos más duros, pero aun así, no se había quejado, y ella sólo quería comprobar su nivel de defensa y ataque. Tuvo que admitir a regañadientes que había pasado la prueba con nota.

Vik siempre sería la pequeña, y a su mente sólo llegaban recuerdos de una niña regordeta con el dedo gordo metido en la boca. Sentía terror de que algo pudiera pasarle a la joven, por eso mismo estaba recluida en el C.O, como Jec, pero a diferencia de Vik, a la otra joven no le gustaba pelear, ni le gustaba entrenar. Vik era más parecida a ella misma que Jec, incluso se parecía más a Kira, a la que también seguía por todas partes, como si la idolatrara. Kira era la hermana mayor, la que la protegía, la que la enseñaba, la que la corregía cuando entrenaban a solas… Aunque se llevaban algunos años entre ellas, Kira, a pesar de su carácter, nunca se había quejado, y aunque refunfuñaba a veces, en el fondo se sentía encantada.

Cuando se reunieron en el sótano, Vik había aparecido con un mono de cuero negro, muy parecido al suyo, e impecable, no como el suyo. Parecía que lo había estado guardado, esperando ese momento. Lucía una amplia sonrisa que nada ni nadie iba a conseguir borrar esa noche. La saludó con un efusivo abrazo que Val se vio incapaz de interrumpir y después de parlotear varios «gracias», subieron a las motos. La mirada de la joven brillaba de emoción, intentaba contenerla, pero era más fuerte que ella. Se la veía feliz.

Salieron del garaje y pusieron rumbo a la ciudad. Vik la adelantó un par de veces, y la vio tumbarse en las curvas, disfrutando de la carrera, pero en cuanto se daba cuenta que podrían regañarla por su forma temeraria de conducir, reducía la velocidad y se posicionaba detrás de ella, que no podía dejar de sonreír viendo disfrutar a la joven.

Como Lyss le había dicho, si era su deseo salir a patrullar como el resto de sus hermanas, debía permitírselo como a las demás. Ya había crecido, había sido entrenada desde casi su infancia, se merecía el mismo puesto que el resto. Val no pudo más que claudicar, y entregarle unas dagas que llevaban guardadas muchos años.

Sin apenas darse cuenta, llegaron a Caldwell.

 

 

     
    Espero que os haya gustado. Besotesssssssssssssss