Una noche para el recuerdo… +18

 

 

Una noche para el recuerdo I Descargar

H     abía decido pasar un rato en la piscina interior de la Mansión, le gustaba nadar algunas noches cuando disponía de tiempo para disfrutarlo; hacer unos largos la relajaba, y la paz que aportaba el silencio de la sala también ayudaba a calmar su espíritu inquieto. Estaba descansando, apoyada en el borde, cuando Lyss entró con una toalla en la mano, preparada también para nadar durante un rato. —¿Has comprobado que no están las mascotas de June? —le preguntó Lyss metiendo un pie y comprobando la temperatura del agua. —Claro, ¿crees que me gusta nadar con esos bichos dentro? —replicó ella, mirándola con una sonrisa—. Vamos, entra ya, el agua está genial. La loba se tiró de cabeza y comenzó a nadar a crol mientras ella la observaba desde el borde sin cambiar de postura. Tras unos largos, sacó la cabeza y se detuvo a su lado. —¿En qué piensas? —le preguntó, observando la concentración reflejada en su rostro. Leer más…

Una noche para el recuerdo II AVANCE Próximamente

¡U     na maldita cita a ciegas! ¿Cómo cojones se había dejado convencer por Lyss? En realidad, no se había dejado convencer exactamente. La loba le había insistido durante todo el día, hasta que al final se decidió el asunto durante el entrenamiento de la tarde; quien perdía, aceptaba sin rechistar. Evidentemente había perdido ella; Lyss se había esmerado como nunca antes. Su habitación era un caos, y su humor pésimo. Mary insistía en colocarle una cinta en el pelo; Beriz amenazaba con dejar de hablarle si se la ponía; Carmen la había apuntado con su última adquisición, su nuevo juguetito —un M4 recién salido de fábrica—; Kira, a sus catorce años, hacía muecas ante su vestidor, mientras que Jecru, un año más joven, lo miraba extasiada pasando la mano por los Armani; Vik, la más pequeña de las tres, había sacado todos sus zapatos de tacón y se los estaba probando, correteando por todo el dormitorio dando taconazos; y Lyss se había mantenido al margen, apoyada sobre un hombro contra la pared, afirmando o negando ante su vestuario.

 

 

Una noche para el recuerdo III AVANCE Próximamente

¡J     odidas hembras! ¿De qué servía vivir con ocho en la misma casa? Vale que tres eran menores y no sería ella quien las llevara a los antros a los que iba, pero ¿y las demás? ¿Para qué habían hecho planes si al final no iban a cumplir? Lyss no daba señales. La muy cabrona le había insistido para tomar unas copas juntas y al final se había quitado de en medio, y además, no contestaba a sus llamadas. Beriz se había refugiado en el laboratorio, peleando con un nuevo dispositivo y la había ignorado al otro lado de la puerta, que había cerrado por dentro para que nadie la molestara. Carmen estaba subida a un árbol del jardín, mirando el cielo, y según decía, pensando. ¿Qué cojones tenía que pensar subida en un tronco? ¿Qué extraño placer encontraba siempre en las alturas? El techo del establo, el balcón del desván, su maldito armario… le daba lo mismo. Pati se había encerrado en su habitación, con uno de sus dolores de cabeza, y Mari se había repantigado en el salón, con las tres niñas, lista para celebrar una fiesta pijama y una sesión doble de películas de Disney…